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La incompetencia, un arma de destrucción masiva.

  • Foto del escritor: Félix Jordán de Urríes Mur
    Félix Jordán de Urríes Mur
  • 10 nov 2024
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 11 nov 2024

La incompetencia y también, derivado de ella, la ignorancia y la desinformación, son en la actualidad, las armas de destrucción masiva mas infravaloradas de la sociedad en este siglo veintiuno.


Intervención en jornada de trabajo que desarrollamos por todo el país, para explicar la acción de Gobierno de la Fundación Deporte Joven y el Consejo Superior de Deportes
Intervención en jornada de trabajo, dando a conocer qué es lo que hacemos y nuestra acción de Gobierno

Madrid. 10/11/24. Estas últimas semanas están siendo realmente difíciles y convulsas en nuestro país. Una catástrofe natural sin precedentes derivada de un fenómeno meteorológico extremo, como ha sido la Dana, ha asolado el Levante español y concretamente la Huerta Valenciana. Localidades como Paiporta, Aldaia, Benetusser... han sido arrasadas literalmente por fuertes avenidas de agua originadas por intensas lluvias en las partes superiores de las cuencas en las que cayeron en algunos casos más de 500 litros por metro cuadrado en poco más de una hora. Ese detonante sumado a otros dos ingredientes, que podrían haber sido en este caso, prescindibles, como ha sido la absoluta incompetencia y negligencia del Govern de la Generalitat Valenciana para gestionar esta emergencia proveniente de la mediocridad y falta de saber estar de sus dirigentes, conjuntamente con un problema de fondo, en una negación continua de políticas necesarias de ordenamiento urbano y cambio climático; todo ello ha originado la fatal cifra de más de doscientos muertos hasta la fecha de hoy y la gran indignación de la ciudadania valenciana y española, hecho que este fin de semana se constató en una manifestación multitudinaria, con la participación de 130.000 personas, donde reclamaron la dimisión del Presidente Mazón, máximo responsable de la gestión de la emergencia.

A raíz de este drama, independientemente de responsabilidades, gestiones, mandos o liderazgos mediocres, fallidos e incompetentes, ha aflorado un fenómeno que cada vez más está polarizando la opinión pública de nuestro país y menoscabando la convivencia, que precisamente se nutre de la incompetencia de dirigentes, la ignorancia de las personas, de la desinformación, de las emociones de afectados, de la facilidad de consumo y de acceso a información, de la inmediatez y falta de verificación de noticias que puede generar una red social.

La ignorancia es un caldo de cultivo para la desinformación, alentado por la incompetencia de responsables (es un tema, la incompetencia de personas y dirigentes, que me cabrea mucho y me parece un insulto a las personas que tenemos formación, experiencia y capacidad para gestión en cuestiones de recursos públicos o privados) en la gestión de estas situaciones. Las personas que no tienen acceso a información verificada o suficiente, pueden ser más vulnerables a creer y difundir desinformación, especialmente si se presenta de manera convincente por los nuevos referentes que están imperando en nuestras vidas que ya no suelen destacar precisamente por sus cualidades científicas, filosóficas, investigadoras, reflexivas..., sino por mensajes simples, sencillos, superficiales y directos o también si esa información apela a sus emociones de lleno. En otros casos, la desinformación puede ser utilizada al revés, de manera estratégica para mantener a las personas en un estado de ignorancia sobre ciertos temas o como se ha dado recientemente la desinformación acompañada de la ignorancia ha servido para causar caos e intentar generar opinión publicada, completamente distinta al relato oficial o la realidad vivida en un drama de dimensiones jamas vistas y solo comparables con escenarios bélicos.

La relación entre la ultraderecha y la desinformación se ha vuelto un tema recurrente en las estrategias políticas actuales. En muchos contextos y en este en particular, la ultraderecha utiliza y ha utilizado la desinformación como una herramienta para movilizar a sus bases y ganar apoyo social en temas que generan fuertes reacciones emocionales, como la inmigración, el nacionalismo, la seguridad o el rechazo a las élites políticas o como ha sido en esta ocasión, dentro de una catástrofe natural para desvirtuar los hechos y generación de un relato propio de verdad absoluta.

La desinformación es particularmente útil en la construcción de narrativas simplificadas que promueven el "nosotros contra ellos", una división que suele crear la percepción de que existen enemigos internos o externos que ponen en peligro la identidad nacional, los valores tradicionales o la seguridad. A través de mensajes virales en redes sociales, teorías conspirativas y noticias falsas, es común que se exacerben temores o prejuicios que refuerzan posiciones autoritarias.

La ultraderecha también suele usar estrategias de desinformación para socavar la confianza en las instituciones democráticas, presentándolas como corruptas o ineficaces, véase con el ejemplo de estas semanas de "el pueblo salva al pueblo", mensaje lanzado por la ultraderecha de este país cuyo autor del mismo, fue la izquierda en el siglo pasado, en otro ámbito completamente distinto. Esta táctica busca convencer a la ciudadanía de que es necesario un cambio radical y que la ultraderecha representa una solución única y alternativa. En este contexto, se observa que figuras y partidos de ultraderecha critican constantemente a los medios de comunicación tradicionales, tildándolos de "enemigos del pueblo" o acusándolos de ser manipuladores. Esto no solo promueve la polarización, sino que también fortalece el apoyo a medios alternativos controlados, pseudo medios o afines a sus intereses.

Aunque la desinformación no es exclusiva de la ultraderecha, la estructura emocional y polarizadora de sus mensajes ha demostrado ser particularmente efectiva en redes sociales, donde estas semanas pasadas lo hemos podido ver. La rapidez con que se difunden estas noticias falsas y la dificultad para corregirlas contribuyen a la normalización de discursos de odio y a la radicalización de una parte de la población en contra del sistema actual, un estado de derecho, una monarquía parlamentaria, en definitva, una democracia.








 
 
 
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Contacto

Félix Jordán de Urríes Mur

Email - felix@jordandeurriesmur.es

Tel - +34 675 844 994

Laguarres. Pirineos. Huesca

Camino de Torres, sn

22587. Laguarres. Huesca

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